Post 2: Jabón de Marsella

¿Vamos a Marsella?


En diciembre de 2019 (pocos meses antes de la pandemia de COVID), coincidiendo con el viaje de Semana Blanca de nuestros hijos, aprovechamos para hacer una escapada a Marsella.

Teníamos muchas razones para visitarla (la Cité Radieuse de Le Corbusier, su puerto, su centro histórico, el MUCEM, la Basílica de Notre-Dame de la Garde...), pero sin duda, una de ellas era ver qué tenía de especial el mundialmente conocido jabón de Marsella del que todos hemos oído hablar y que podemos encontrar en todos los supermercados en múltiples marcas comerciales, fundamentalmente para el lavado de la ropa.

Una de las primeras cosas que te das cuenta cuando estás en una de las pocas fábricas que se mantienen de auténtico jabón de Marsella, es que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Y no creo que nos equivoquemos mucho si decimos que más del 90% de jabones que se venden en el mundo como jabón de Marsella, y que se producen en China y Turquía, no son realmente jabón de Marsella.

¿Qué caracteriza al jabón de Marsella?

Lo que define un auténtico jabón de Marsella es:

Su composición: Aceites vegetales (al menos un 72% aceite de oliva), Sosa, Agua y Sal marina. Ningún colorante, conservante, perfume, grasa animal ni aditivos.

Su proceso de fabricación: Proceso de saponificación de cinco etapas.

Su lugar de origen: Departamento de Bouches-du-Rhône (en la Provenza, el área de Marsella)

Aunque no es un producto con denominación de origen, desde 2011 la UPSM (l'Union des Professionnels du Savon de Marseille) crearon la marca y el logo de Jabón de Marsella para asegurar el origen, composición y respeto al proceso tradicional de fabricación.

Experiencia personal

Uso

El jabón de Marsella original está lejos de los jabones a los que estamos acostumbrados. Su alto porcentaje de aceite de oliva, y la falta de aromas añadidos (cítricos, florales, etc.) hacen que tenga un olor particular. A mí me gusta, pero es cierto que a algunas personas que vienen a visitarnos, o hacer un taller (por ejemplo a los niños) no les atrae.

La forma tradicional también es especial. Es un cubo de unos 300g, formato al que no estamos habituados. Al empezar a usarlo, con dificultad puedes sujetarlo en la mano, y al ser un cubo, con todas la aristas, no hace que sea especialmente cómodo.

Pero una vez superados estos "inconvenientes", para mí es uno de los mejores jabones del mundo e indudablemente si tenemos en cuenta la relación calidad-precio. Personalmente lo uso desde hace años, y aunque he probado muchos otros, este deja una piel extraordinariamente suave (recordemos su contenido de más de un 72% de aceite de oliva).

Desde luego nada que ver con otros que tienen sólo aceites vegetales mucho más económicos (por ejemplo el de palma) o incluso productos químicos artificiales, que eso sí, hacen mucha más espuma y tienen los colores y olores que nos gustan, pero ¿realmente son lo mejor para nuestra piel?

Visita

Varias de las fábricas que elaboran el auténtico jabón de Marsella, pueden ser visitadas (visita guiada en francés), donde recorres los distintos procesos desde la mezcla de ingredientes en los calderos, hasta el embalaje.

Obviamente las fábricas se han adaptado al paso del tiempo, y han evolucionado a jabones con aromas (pétalos de rosa, mandarina, lavanda...) y diversos formatos (pastillas, barras, líquido...), pero siguen manteniendo la esencia del S XIX donde había más de 90 jabonerías, y de las que actualmente no llegan a la decena.

Nosotros vistamos La Licorne y la de Fer à Cheval, que es la más antigua, fundada en 1856, y la que más nos gustó.

Fabrica Fer Á Cheval

Actualmente somos distribuidores oficiales de sus productos en España, tanto los tradicionales de los que os hemos hablado, como los jabones con aromas, cofres, el jabón negro, barras, etc. etc) y puedes adquirirlos tanto en nuestra tienda on line como física.

Tienda Física PADIY MI TIENDECITA




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